viernes, 7 de septiembre de 2012

Educación sexual en el bebé



La sexualidad está presente desde el nacimiento. Por ello, madres y padres deben comprometerse con la educación sexual de sus hijos o hijas.

Cada etapa de la vida tiene unas características sexuales, unas necesidades, unas vivencias que van a ir configurando distintos aspectos de la sexualidad de las personas, sus futuras relaciones de pareja, su capacidad de disfrutar del placer en la edad adulta, su aceptación y autoestima.

En muchas ocasiones veo a madres y padres llevarse las manos a la cabeza cuando digo que la educación sexual se inicia desde el mismo nacimiento. No es extraño si pensamos la idea social que hay sobre qué es la educación sexual.

Para los que aun se lo sigan preguntando, les diré que la educación sexual debe estar presente desde el primer momento de vida y que nada tiene que ver con los conceptos adultos que solemos manejar.

El apego entre las madres o padres y el bebé será la clave para ir construyendo los cimientos sobre el desarrollo sexual del futuro hombre o la futura mujer.


La piel. El elemento esencial

El bebé nace con una necesidad de apego. Instintivamente hacia la figura materna, pero igualmente importante será el trabajo del apego por parte de las distintas personas que constituyen la familia.

Mediante los besos, los abrazos, las caricias, el amamantamiento, los susurros y las miradas el bebé siente placer, se siente seguro y va descubriendo el encanto de la intimidad con otro ser humano. Esa experiencia tan agradable, que parte de las sensaciones deleitables de la piel, hace que se refuerce positivamente la búsqueda de la intimidad física y psicológica con los demás.

Tanto es así que en diversos estudios se ha encontrado que niños con falta de apego han tenido diversos problemas en edades adultas para establecer y mantener pareja, problemas de autoestima y diversas disfunciones en la adquisición de placer en sus relaciones eróticas.

Por otro lado el bebé va a aprendiendo algo muy importante. Va compaginando los momentos de mimos y satisfacción, con otros en los que no está recibiendo esas sensaciones que tanto le gustan. Empieza a tener deseo y comienza a encontrarse con el principio de la realidad al entender que no es posible en todo momento, lo cual va conformando su equilibro emocional.

El masaje infantil. Una herramienta indispensable


Mediante esta técnica se consigue un ambiente de intimidad entre el bebé y la persona que lo realiza. Favorece el placer y ya de paso, ayuda en algunos problemas que presentan frecuentemente los bebés como el cólico de gases.

Existen algunas técnicas específicas de masaje infantil, pero no es necesario ser una experta o experto en la materia para poder llevarlo a cabo. El único requisito consiste en dar caricias suaves a lo largo de todo el cuerpo y acompañar el proceso de palabras suaves, miradas y complicidad con sus reacciones. Ir descubriendo qué le agrada, que caricias le gustan más o menos e ir aprendiendo con él o con ella sobre su cuerpo.
 

Del placer oral-anal al placer genital


Es importante que las madres y/o los padres entiendan que el bebé se rige por los principios de placer y dolor.

En los primeros meses una de las mayores fuentes de placer es la oral, es por eso que experimentan el llevarse objetos continuamente a la boca. Otra importante es la fecal, obteniendo un gran placer a la hora de la defecación.

Cerca del año de edad, el bebé descubre sus genitales como fuente de placer y, por tanto, se tocará frecuentemente los mismos. Es crucial la naturalidad de los cuidadores ante este suceso, ya que es algo natural. En edades posteriores si se podrá enseñar a la niña o al niño a tocarse en privado, pero ante un bebé esto no tiene ningún sentido ya que no entenderá las órdenes. Para ella o para él las sensaciones que tiene al tocarse los genitales tienen el mismo significado que las que tiene al recibir cualquier estimulación placentera de la piel.

Por todas estas características, queda claro que la sexualidad está presente desde el nacimiento y que la educación sexual es posible desde esos primeros momentos de vida que serán tan importantes para el desarrollo sexual en el futuro.
Ruth Arriero
Enfermera y sexóloga
 




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