Más allá de los cánones
impuestos sobre dónde está la satisfacción erótica se encuentra el
verdadero disfrute del placer. Todas las personas tienen esta capacidad y
pueden disfrutar de ella siempre que estén dispuestas a conocerse,
descubrirse y vivir esta experiencia con libertad.
En
ocasiones la satisfacción erótica se ciñe a los patrones establecidos
de lo que debe ser el encuentro erótico. Estas directrices sociales
están enfrascadas en el coito como indicador principal de que todo va
bien o de que existe algún tipo de problema o necesidad no cubierta.
Pero si esto es así, entonces ¿Qué ocurre con aquellas personas que no
tienen pareja? ¿Qué sucede si no se alcanza el orgasmo en el coito? ¿Y
si no hay erección o lubricación en algunos encuentros? ¿Y que ocurre
con las parejas homosexuales?
Erótica de primera
Lo cierto es que la erótica abarca mucho más
que el coito, mucho más que los genitales y que los orgasmos. Se trata
de una expresión de nuestra sexualidad con todo el cuerpo y con todos
los sentidos. No es cosa de parejas, es cuestión de sexos, de hombres y
mujeres que somos, y comprende todas las edades, ya que somos sexuales
desde que nacemos hasta que morimos.
A pesar de lo que se cree frecuentemente, no
existen relaciones eróticas de primera y de segunda. El endiosamiento
del coito y la infravaloración de otras formas diferentes y no menos
importantes de la expresión erótica, han provocado que se valore nuestra
satisfacción en función de los coitos y los orgasmos obtenidos en
ellos.
Los besos, las caricias, los abrazos, las
miradas, las palabras, la expresión con todo el cuerpo forman parte de
la erótica. El problema está en que estas acciones han sido enfrascadas
en la caja de los llamados “juegos preliminares”, mero trámite para llegar al coito, siendo este último el fin.
El autoerotismo
De la misma manera, se ha encasillado a la
masturbación como sustitutivo de la pareja, provocando la creencia de
que cuando se lleva a cabo, significa que existe cierta insatisfacción y
carencias eróticas. Nada más lejos de la verdad. El autoerotismo es una
fuente de expresión sexual tan legítima como cualquier otra práctica
erótica compartida. Una vía de autoconocimiento y aceptación de nuestro
cuerpo y placer.
Las comparaciones
Como cada persona es un mundo, no todo el
mundo disfruta su erótica de la misma manera. No hay formas mejores ni
peores. Cada uno debe conocer aquello que le hace disfrutar y vivirlo.
Las referencias de otras personas o de otras parejas no indican
absolutamente nada. Lo que a unas personas les encanta a otras les
desagrada. Por tanto, a nivel individual es importante conocernos y
aceptarnos y a nivel de pareja, la clave se encuentra en la
comunicación.
Con todo esto, no intento crucificar al
coito, ni al orgasmo. Son una parte más de la erótica, pero en relación a
todo lo que ésta comprende constituye una parcela demasiado pequeña
para creer que es la única fuente de satisfacción.
La expresión de la sexualidad se da en todos
los hombres y mujeres, ya sean heterosexuales, homosexuales o
bisexuales y en todas las edades. La diversidad sexual indica que hay
tantas formas de estar satisfecho con la erótica, como personas en el
mundo.
Si conseguimos eliminar las cadenas que nos han impuesto sobre las condiciones para el "cómo estar satisfecho" y "quién puede estar satisfecho",
y aprendemos a disfrutar de cada aspecto de la erótica sin pensar
obsesivamente en lo que tiene que venir después, ya que no es
imprescindible, disfrutaremos mucho mas de cada encuentro, ya sea con
uno mismo o con otra persona. La satisfacción es posible y está
asegurada.
Ruth Arriero de Paz
Enfermera y sexóloga
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