miércoles, 3 de octubre de 2012

La satisfacción erótica

Más allá de los cánones impuestos sobre dónde está la satisfacción erótica se encuentra el verdadero disfrute del placer. Todas las personas tienen esta capacidad y pueden disfrutar de ella siempre que estén dispuestas a conocerse, descubrirse y vivir esta experiencia con libertad.
 

En ocasiones la satisfacción erótica se ciñe a los patrones establecidos de lo que debe ser el encuentro erótico. Estas directrices sociales están enfrascadas en el coito como indicador principal de que todo va bien o de que existe algún tipo de problema o necesidad no cubierta. Pero si esto es así, entonces ¿Qué ocurre con aquellas personas que no tienen pareja? ¿Qué sucede si no se alcanza el orgasmo en el coito? ¿Y si no hay erección o lubricación en algunos encuentros? ¿Y que ocurre con las parejas homosexuales?
 
Erótica de primera
Lo cierto es que la erótica abarca mucho más que el coito, mucho más que los genitales y que los orgasmos. Se trata de una expresión de nuestra sexualidad con todo el cuerpo y con todos los sentidos. No es cosa de parejas, es cuestión de sexos, de hombres y mujeres que somos, y comprende todas las edades, ya que somos sexuales desde que nacemos hasta que morimos.
A pesar de lo que se cree frecuentemente, no existen relaciones eróticas de primera y de segunda. El endiosamiento del coito y la infravaloración de otras formas diferentes y no menos importantes de la expresión erótica, han provocado que se valore nuestra satisfacción en función de los coitos y los orgasmos obtenidos en ellos.
Los besos, las caricias, los abrazos, las miradas, las palabras, la expresión con todo el cuerpo forman parte de la erótica. El problema está en que estas acciones han sido enfrascadas en la caja de los llamados “juegos preliminares”, mero trámite para llegar al coito, siendo este último el fin. 
 
 
El autoerotismo
De la misma manera, se ha encasillado a la masturbación como sustitutivo de la pareja, provocando la creencia de que cuando se lleva a cabo, significa que existe cierta insatisfacción y carencias eróticas. Nada más lejos de la verdad. El autoerotismo es una fuente de expresión sexual tan legítima como cualquier otra práctica erótica compartida. Una vía de autoconocimiento y aceptación de nuestro cuerpo y placer.
 
Las comparaciones
Como cada persona es un mundo, no todo el mundo disfruta su erótica de la misma manera. No hay formas mejores ni peores. Cada uno debe conocer aquello que le hace disfrutar y vivirlo. Las referencias de otras personas o de otras parejas no indican absolutamente nada. Lo que a unas personas les encanta a otras les desagrada. Por tanto, a nivel individual es importante conocernos y aceptarnos y a nivel de pareja, la clave se encuentra en la comunicación.
Con todo esto, no intento crucificar al coito, ni al orgasmo. Son una parte más de la erótica, pero en relación a todo lo que ésta comprende constituye una parcela demasiado pequeña para creer que es la única fuente de satisfacción.
La expresión de la sexualidad se da en todos los hombres y mujeres, ya sean heterosexuales, homosexuales o bisexuales y en todas las edades. La diversidad sexual indica que hay tantas formas de estar satisfecho con la erótica, como personas en el mundo.



 

Si conseguimos eliminar las cadenas que nos han impuesto sobre las condiciones para el "cómo estar satisfecho" y "quién puede estar satisfecho", y aprendemos a disfrutar de cada aspecto de la erótica sin pensar obsesivamente en lo que tiene que venir después, ya que no es imprescindible, disfrutaremos mucho mas de cada encuentro, ya sea con uno mismo o con otra persona. La satisfacción es posible y está asegurada.

Ruth Arriero de Paz
Enfermera y sexóloga
 

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